sábado, 1 de noviembre de 2014

¡Publicó su primer libro a los 91 años!

Cuando me enteré de esta historia (a través de Agueda, colaboradora de nuestra página) no podía dar crédito. Fue gracias a mi insistencia que Agueda terminó contándome de quién se trataba: es su madre.

Parece el argumento perfecto para una película de motivación, pero afortunadamente es una historia real que nos llena los pulmones de aire fresco.

Le pedí a Agueda si podía escribir para nosotros una pequeña reseña sobre su madre, pero fue la propia escritora quien decidió hacerlo, con mucho gusto:


"Me llamo Rosario Muñoz Martín, soy madrileña, tengo 93 años y he ejercido la profesión de maestra en pueblos pequeños castellanos y en Madrid; desde niña fui aficionada a la lectura y escritura, había muchos libros en la casa paterna; he publicado mi primer libro de relatos hace dos años y continúo leyendo y escribiendo a diario, porque "como ya soy mayor" tengo más tiempo para cultivar mis aficiones favoritas y porque, además, "me gusta un montón".

 Esta es una reseña que hemos encontrado sobre el libro: 


¡Aquí está su libro!

"Cuentos de una maestra rural es un conjunto de vivencias y recuerdos que en el transcurso del tiempo la autora, Rosario Muñoz Martín, una joven escritora de 91 años, plena de imaginación y energía, ha ido acumulando. Sus cuentos, de una factura impecable, nacen de esa larga posguerra que una buena parte de España sufrió en sus carnes; años de penurias, trabajo duro y ausencia de las más elementales comodidades que ella supo afrontar con valentía, amor a los suyos y un impagable sentido del humor que mantiene intacto hasta la fecha, son algunas de sus claves vitales. Maestra rural casada con un médico y madre de cinco hijos, los años que Rosario pasó en pequeños pueblos de la Castilla profunda en la que el agua había que ir a buscarla a la fuente, la luz era un artículo de lujo y los fríos inviernos se pasaban junto al fuego de la chimenea, forjaron su carácter fuerte y combativo y le crearon, además, un poso memorístico que ella va recuperando en los relatos que nos ofrece. Rosario hace literatura de lo cotidiano, de las charlas en los patios de vecinos, de los encuentros de jubilados en los parques o en las consultas de los ambulatorios, con un lenguaje ajustado a lo que relata, diálogos chispeantes, que domina con la soltura del que tiene buen oído, mirada tierna hacia los seres humanos que retrata y una ironía extraordinaria que encontramos entre líneas. Ninguno de los cuentos que integran este volumen tiene desperdicio y todos son brillantes pero, estimado lector, abre las páginas de este libro y compruébalo por ti mismo".